El amor de Dios
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos
llame hijos de Dios!
Muchas
veces nos aferramos a algunas cosas o a alguien, sin comprender totalmente que
nada nos pertenece aquí en la tierra, pues todo es temporal. Muchas veces, nos
asimos tanto a algo, que no queremos perderlo, como por ejemplo a nuestros
seres queridos, a nuestros padres, a nuestra pareja, a nuestros hijos. Demás
está decir, que daríamos nuestra vida por nuestros hijos, que lucharíamos hasta
el último suspiro por defenderlos, porque nada ni nadie le haga ningún mal.
Pues
traigo a colación esa ilustración, esperando que no tenga jamás que pasar una situación
de esas, pero menciono ello, debido a que el Padre Celestial justamente hizo
eso.
Entregó
a su Hijo, a su primogénito, en un plan perfecto de salvación.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
Juan
3:16
Cuando comprendemos que no solamente hemos sido
rescatados, salvados de la muerte y del pecado, sino que también hemos sido
limpiados totalmente, renovados, con un corazón nuevo y hechos, juntamente con
Cristo, Hijos de Dios, sencillamente podemos estar seguros que ese sacrificio
en la cruz fue por nosotros y declarar victoria.
4 Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
ley,
5 para que redimiese a los
que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
6 Y por cuanto sois hijos,
Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba,
Padre!
7 Así que ya no eres
esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
(GÁLATAS 4:4-7)
En
esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Ese es el amor perfecto de Dios.
¡Bendiciones!!!!
«EN LA BARCA»
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