martes, 23 de octubre de 2018

Dónde estas


Dónde estas

Siempre es importante hacernos ésta pregunta, ¿estamos donde querríamos estar?, ¿es lo que deseamos, lo que soñamos, lo que programamos?

Muchas veces nos encontramos en un lugar donde no queremos verdaderamente estar, como un trabajo indeseable, un matrimonio difícil, conflictivo y a punto de concluir, entre otras miles de circunstancias que cada uno sabe.

Una vez que hayamos diagramado nuestra situación y determinado que estamos en el lugar correcto o que aún nos falta poco o mucho por llegar donde queremos, cabe también preguntarse cuál es mi actitud hacia mis circunstancias, y en particular, cuál es el lugar que he dado a Dios en todo esto.

Hay dos versículos que quiero traer a colación y que ilustran el punto que estamos analizando. Uno de ellos es Mateo 22:37 (también en Deuteronomio 6:5), cuando le preguntaron a Jesús cuál es el primer mandamiento y él dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Amar a nuestro Padre celestial con todo el corazón, alma y mente implica una sujeción total a su voluntad, a vivir conforme a lo que Él tiene planeado para nosotros, al propósito que tiene para nuestras vidas. Ya no vivo yo, como dice el apóstol Pablo, mas Cristo vive en mí (Gálatas 2:20), por lo que mis deseos, mis pasiones, mi voluntad misma debe estar a la par de lo que mi Señor quiere para mi vida, que siempre será lo mejor, de prosperidad y bendición, no solo para mí sino también para mi familia.

El otro versículo es más conocido todavía, y está también en Mateo 6:9, que dice: “…Padre nuestro…”. Cristo Jesús enseña cómo orar a sus discípulos, teniendo aquí ya una primera lección, dado que los discípulos no le pidieron que le enseñase a echar demonios ni a sanar a los enfermos, sino a orar; pero ese es un comentario a parte nada más, lo que nos interesa es que al iniciar la oración Jesús dice: Padre nuestro. Este reconocimiento y la revelación que conlleva esa expresión es de tal magnitud que automáticamente nos convierte a quienes lo amamos y creemos en sus hijos. Y al ser hijos, pues sencillamente qué padre no vela por sus hijos.

En Lucas 11:11-13 dice:

11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?

12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Dónde estamos. Nos encontramos bajo el abrigo del Altísimo, morando bajo la sombra del Omnipotente (Salmo 91:1), en su redil como enseña Juan 10:1-5. Examínate y si no estás donde quieres, donde debes, vuélvete pronto y entra en el gozo de tu Señor (Mateo 25:23).
¡Bendiciones!!!!







                                                 «EN LA BARCA»
                                                http://enlabarka.blogspot.com
Dios bendiga a Paraguay

                  
Enlabarka ♥


JRW


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