La fe que genera paz
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1), y ésta fe, que es dada por Dios, es la que nos permite estar en paz en las tormentas, en las pruebas, en las dificultades que todos padecemos, de alguna u otra manera.
Nadie puede decir que no tiene problemas. El que tiene un buen pasar económico también tiene dificultades, pues debe estar atento constantemente a los vaivenes financieros y económicos que se dan, a sus empleados, a sus empresas y negocios, a los socios comerciales, y tantas otras cuestiones, que muchas veces oprimen en gran medida; el que no tiene un buen pasar pero se las arregla está constantemente en busca de una oportunidad para lograr el progreso que necesita, según él, para estar mejor, y así se esfuerza decididamente para el efecto, dejando de lado muchas veces cosas más importantes, como lo es la familia, esposa, hijos. Y el que tiene muy poco o casi nada, pues también atraviesa constantemente innumerables dificultades, por lo que podemos coincidir que todos tenemos problemas.
El mismo Job, quien fue un hombre justo, y era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1), padeció tremendas tormentas. Si un hombre así necesitó pasar por pruebas, qué nos queda a nosotros.
Ahora, no hay que mal interpretar las pruebas. Son las mismas más bien instrumentos para nuestra edificación y no para nuestra destrucción. Dios no nos quiere ver mal, pero muchas veces necesitamos pasar por el desierto para llegar a la tierra prometida. Nuestro Padre tampoco nos dará pruebas que no podamos resistir y así lo leemos en 1 Corintios 10:13,
Debemos creer en Dios, confiar en su palabra, y habitar bajo su cobertura. Eso nos dará paz en las tormentas. Jesús dormía mientras que la barca soportaba la terrible tormenta, los discípulos temieron por sus vidas, pero el Señor y Salvador dormía plácidamente, demostrando que no hay que temer, que la fe destruye al miedo.
Nadie puede decir que no tiene problemas. El que tiene un buen pasar económico también tiene dificultades, pues debe estar atento constantemente a los vaivenes financieros y económicos que se dan, a sus empleados, a sus empresas y negocios, a los socios comerciales, y tantas otras cuestiones, que muchas veces oprimen en gran medida; el que no tiene un buen pasar pero se las arregla está constantemente en busca de una oportunidad para lograr el progreso que necesita, según él, para estar mejor, y así se esfuerza decididamente para el efecto, dejando de lado muchas veces cosas más importantes, como lo es la familia, esposa, hijos. Y el que tiene muy poco o casi nada, pues también atraviesa constantemente innumerables dificultades, por lo que podemos coincidir que todos tenemos problemas.
El mismo Job, quien fue un hombre justo, y era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1), padeció tremendas tormentas. Si un hombre así necesitó pasar por pruebas, qué nos queda a nosotros.
Ahora, no hay que mal interpretar las pruebas. Son las mismas más bien instrumentos para nuestra edificación y no para nuestra destrucción. Dios no nos quiere ver mal, pero muchas veces necesitamos pasar por el desierto para llegar a la tierra prometida. Nuestro Padre tampoco nos dará pruebas que no podamos resistir y así lo leemos en 1 Corintios 10:13,
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Sabías que
“Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Marcos 9:23)”.
Gracias Señor por darme paz en las tormentas y en las pruebas, gracias por tu inmenso amor, puedo andar seguro y en paz, pues tu eres mi amparo y refugio, amén.
SALMO 91
Morando bajo la sombra del Omnipotente
1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
Y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
Y le mostraré mi salvación.
¡Bendiciones!!!!
«EN LA BARCA»
Dios bendiga a Paraguay
JRW
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