La dirección de Dios para tu vida
En general todas las cosas tienen un por qué, tienen una razón, un propósito. Nosotros, como seres humanos, también tenemos un propósito en esta vida, tenemos nuestra razón de ser y la misma está totalmente vinculada, por no decir supeditada, a Dios.
Es imperioso reconocer que el Altísimo lo controla todo. Así es. Aunque creas que estés pasando por una situación injusta, una circunstancia totalmente inexplicable, quiérase o no, fue Dios el que ha permitido eso. ¿Porqué razón? Pues te contaré una pequeña historia, muy conocida por cierto, pero que es dable recordarla.
Job fue un hombre justo, y era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). Qué te parece que te conozcan como un hombre o una mujer así. Pues bueno, así fue conocido Job y debemos agregar que también fue muy próspero, pues tenía 10 hijos (3 hijas y 7 hijos), y muchos bienes, hacienda, ovejas, bueyes, camellos, criados, etcétera; pero sin embargo, con todo eso, pues soportó una tormenta o prueba que quizás muy pocos tendrían la fortaleza de aguantar. En un día, primero, o incluso casi todo al mismo tiempo, perdió a sus criados y bueyes, luego ovejas y sus pastores, camellos y demás, y finalmente, hasta sus hijos todos perecieron (Job 1:14-18). ¿Cómo soportar tremendas desgracias?
Entonces, la historia de éste hombre continúa y nos lleva a la conclusión que necesitamos de la dirección del Padre Celestial en nuestras vidas, pues sin Él nada somos. Decíamos que Él tiene el control de todo y efectivamente así es, por lo que nos queda reconocer no solo su absoluta autoridad y señorío, sino que además su preeminencia por encima de cualquier otra cosa, y aquí pues nos tocará enfrentarnos contra muchos dioses, nos tocará luchar contra demonios que nos han tomado inconscientemente, como ser el amor al dinero y a las riquezas, la lujuria, la infidelidad, la mentira, el chisme, la avaricia, la incredulidad, la idolatría, y cuántas cosas más.
La dirección de Dios implica primeramente reconocer que nada somos, y como se dice en Santiago 4:14, "Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece", mientras que el Padre es eterno, omnipotente, omnisciente, omnipresente, creador de los cielos y de la tierra. Nada somos, pero sin embargo, para Él somos tan importantes, que envió a su primogénito para nuestra salvación del pecado (Juan 3:17, 1 Juan 4:9-10).
Déjate guiar por Dios. Encontrarás que de Él dependen todas las cosas, como así también comprenderás que Él jamás te desamparará, será tu refugio, tu guía, tu sendero, protegiéndote en todo momento y en todo lugar.
Es imperioso reconocer que el Altísimo lo controla todo. Así es. Aunque creas que estés pasando por una situación injusta, una circunstancia totalmente inexplicable, quiérase o no, fue Dios el que ha permitido eso. ¿Porqué razón? Pues te contaré una pequeña historia, muy conocida por cierto, pero que es dable recordarla.
Job fue un hombre justo, y era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). Qué te parece que te conozcan como un hombre o una mujer así. Pues bueno, así fue conocido Job y debemos agregar que también fue muy próspero, pues tenía 10 hijos (3 hijas y 7 hijos), y muchos bienes, hacienda, ovejas, bueyes, camellos, criados, etcétera; pero sin embargo, con todo eso, pues soportó una tormenta o prueba que quizás muy pocos tendrían la fortaleza de aguantar. En un día, primero, o incluso casi todo al mismo tiempo, perdió a sus criados y bueyes, luego ovejas y sus pastores, camellos y demás, y finalmente, hasta sus hijos todos perecieron (Job 1:14-18). ¿Cómo soportar tremendas desgracias?
Entonces, la historia de éste hombre continúa y nos lleva a la conclusión que necesitamos de la dirección del Padre Celestial en nuestras vidas, pues sin Él nada somos. Decíamos que Él tiene el control de todo y efectivamente así es, por lo que nos queda reconocer no solo su absoluta autoridad y señorío, sino que además su preeminencia por encima de cualquier otra cosa, y aquí pues nos tocará enfrentarnos contra muchos dioses, nos tocará luchar contra demonios que nos han tomado inconscientemente, como ser el amor al dinero y a las riquezas, la lujuria, la infidelidad, la mentira, el chisme, la avaricia, la incredulidad, la idolatría, y cuántas cosas más.
La dirección de Dios implica primeramente reconocer que nada somos, y como se dice en Santiago 4:14, "Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece", mientras que el Padre es eterno, omnipotente, omnisciente, omnipresente, creador de los cielos y de la tierra. Nada somos, pero sin embargo, para Él somos tan importantes, que envió a su primogénito para nuestra salvación del pecado (Juan 3:17, 1 Juan 4:9-10).
Déjate guiar por Dios. Encontrarás que de Él dependen todas las cosas, como así también comprenderás que Él jamás te desamparará, será tu refugio, tu guía, tu sendero, protegiéndote en todo momento y en todo lugar.
Sabías que
“El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre (Salmos 19:9)”.
El cielo gobierna en mi vida, en mi familia y en mi nación, gracias Padre amado por guardarme, protegerme y guiarme, amén.
Salmo de David.
¡Bendiciones!!!!
25 1 A ti, oh Jehová, levantaré mi
alma.
2 Dios mío, en ti confío;
No sea yo avergonzado,
No se alegren de mí mis enemigos.
No sea yo avergonzado,
No se alegren de mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido;
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
Enséñame tus sendas.
Enséñame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame,
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día.
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día.
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,
Que son perpetuas.
Que son perpetuas.
7 De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Jehová.
Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Jehová.
8 Bueno y recto es Jehová;
Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
9 Encaminará a los humildes por el juicio,
Y enseñará a los mansos su carrera.
Y enseñará a los mansos su carrera.
10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Jehová,
Perdonarás también mi pecado, que es grande.
Perdonarás también mi pecado, que es grande.
12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
El le enseñará el camino que ha de escoger.
El le enseñará el camino que ha de escoger.
13 Gozará él de bienestar,
Y su descendencia heredará la tierra.
Y su descendencia heredará la tierra.
14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto.
Y a ellos hará conocer su pacto.
15 Mis ojos están siempre hacia Jehová,
Porque él sacará mis pies de la red.
Porque él sacará mis pies de la red.
16 Mírame, y ten misericordia de mí,
Porque estoy solo y afligido.
Porque estoy solo y afligido.
17 Las angustias de mi corazón se han aumentado;
Sácame de mis congojas.
Sácame de mis congojas.
18 Mira mi aflicción y mi trabajo,
Y perdona todos mis pecados.
Y perdona todos mis pecados.
19 Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,
Y con odio violento me aborrecen.
Y con odio violento me aborrecen.
20 Guarda mi alma, y líbrame;
No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21 Integridad y rectitud me guarden,
Porque en ti he esperado.
Porque en ti he esperado.
22 Redime, oh Dios, a Israel
De todas sus angustias.
De todas sus angustias.
¡Bendiciones!!!!
«EN LA BARCA»
Dios bendiga a Paraguay
JRW
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