Honra a tu padre y a tu madre
El mandamiento para cada uno de nosotros es muy sencillo, "honra a tu padre y madre" (Éxodo 20:12), sin ningún agregado, como ser, "honrarás solo a tu padre si es bueno contigo", o si "es fabuloso", o si "es un buen proveedor", o si "no es alcohólico", o cuánta más cosas que podemos agregar. No dice nada de eso. El estatuto es claro y no agrega nada especial.
A lo que queremos llegar es que muchas veces ocurre que no tenemos a los padres perfectos, ya sea por innumerables circunstancias, papá o mamá tienen sus dificultades, sus problemas y no han sabido o no han podido superarlos. Debilidades transformadas en vicios, como el alcohol, la adicción a los juegos de azar, la idolatría, la falta de responsabilidad, entre otras miles de cuestiones que podemos señalar, pues la lista es larga, pero reiteramos, el mandato no señala que dejemos de honrar a nuestros padres por alguna razón específica.
Y es cierto, es difícil hacerlo cuando vemos que son nuestros propios progenitores los que nos profieren maldiciones, o sencillamente no han podido salirse de la iniquidad en la que están imbuidos.
Nos corresponde a nosotros orar por ellos. Rogar cada día para que Dios pueda encaminarlos, sanarlos, perdonarlos y nosotros mismos, perdonarlos. Es un rompimiento inexplicable el que se da cuando decimos perdonar a nuestros padres por aquellas faltas que creemos que debieron jamás darse. Sin embargo, la libertad que se experimenta, la paz interior, el regocijo de descargar una pesadísima e incómoda carga que quizás llevamos durante mucho tiempo, pues no tiene precio.
Además hay que ser sabios, dado que honrar a los padres es el primer mandamiento con promesa, y se establece que si lo haces, "te irá bien y serás de larga vida". En Colosenses se agrega que "eso agrada a Dios", y quién no quiere agradar al Todopoderoso. Entonces, pues también se trata de mucha sabiduría.
Por eso, si aún tienes a tus padres, o quizás ya solo tienes a uno de ellos, pues no dudes hoy en llamarlos, de hablar con el, con ella, de bendecirles, de escucharles un momento, darle un tiempo de calidad, pues se lo merecen. Quizás a ti te parezca extraño, pero para tus padres será algo que siempre están anhelando. Aunque no te lo digan, tu papá, tu mamá, está allí pendiente de ti, en todo momento, y es el amor de Cristo el que debes demostrarle. Si te dices cristiano, perdona, ama, sé misericordioso, y dale, dale amor, dale tiempo, dale mimos, dale honra, dale todo, pues ellos se merecen, aunque creas que no, pero la Biblia así lo establece.
¡Bendiciones!!!!
Sabías que
“Honrar a los padres, es el primer mandamiento con promesa (para que te vaya bien, Efesios 6:3)”.
Padre Celestial te damos gracias por nuestros padres, y te rogamos por la vida de cada uno de ellos, amén.
«EN LA BARCA»
Dios bendiga a Paraguay
JRW
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