viernes, 9 de julio de 2021

La sabiduría que viene de Dios

Seguimos con la Epístola de Santiago, y luego de las salutaciones, el autor expone un tema que será el eje principal de toda su exposición, además de ser también la parte central de la vida de todo cristiano, las pruebas. 

Muchos piensan que por aceptar a Cristo en su corazón, como Señor y Salvador, no tendrán más pruebas. Muchos afirman que por hacerse cristiano, por asistir a determinado templo todos los domingos o vivir de un modo, no tendrán más problemas o dificultades, pero eso no es así. El Señor nos afirma que él tiene el control de nuestras vidas, que él nos sostiene y nunca nos abandona, ni nos desampara, pero nunca nos dirá que "que no tendremos más aflicciones", o que "estaremos inmunizados de los problemas" (Juan 16:33). 

Al contrario, parece que cuando más tomamos como parte de nuestra vida las palabras del Señor, es cuando más nos ataca el enemigo, y más espinos coloca en nuestro caminar. 

Entonces, dice Santiago:

2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,

En la versión PDT, dice: "Hermanos míos, alégrense cuando tengan que enfrentar diversas dificultades", y en la NTV, leemos: "Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho". Finalmente, la NVI dice: "Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas".

Hermanos, nos dice el autor, y plantea dos cuestiones: 1) que habrán dificultades; y, 2) que las sobrellevemos con gozo. 



Realmente, como indicamos, no son temas menores. Lo primero, que siempre tendremos problemas, pues es el punto central de vivir en un mundo de calamidades, pues si todos cumpliéramos con los designios de Dios, no habrían tantos problemas que sortear, pero no es así, tenemos robos, asesinatos, niños y ancianos abandonados, usureros, cuántos desvergonzados, chismosos, etc, etc, etc, y la lista puede seguir. En un mundo donde el maligno se ha posicionado fuertemente, pues tendremos aflicción. Cristo se adelantó a todo esto y dijo: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).

Lo segundo, es que si estamos pasando por el desierto, pues hagámoslo con gozo. Y esto sí es una tarea que únicamente con el Señor lo lograremos, no en nuestras fuerzas. Cuando con nuestros ojos naturales vemos las dificultades, automáticamente nos desalentamos, pensamos mal, tenemos miedo, eso es natural en cualquier persona, pero al revestirnos del Espíritu del Señor, pues nuestros ojos son transformados, y nuestra vista es el de la fe. 2 Corintios 5:7 nos dice que por fe andamos, no por vista. 

Hay varios ejemplos de esto en la Biblia, uno de ellos el caso de Daniel, y en el mismo libro de Daniel, capítulo 3, el de Sadrac, Mesac y Abed-nego. Pero el caso que ahora traigo a colación es el del pueblo de Israel, que saliendo de Egipto se encontró embretado por desierto a ambos lados, el mar rojo en frente y por detrás al ejército poderoso de los egipcios enojados. Éstos no venían a conversar con los fueran sus esclavos, sino que con mano dura los harían volver a su estado anterior, y todos temieron, menos Moisés. 
Repítete esto siempre (la respuesta al pueblo temeroso y angustiado): Éxodo 14:13-14.

"Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.

Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos".

Creo que todos conocemos el resultado de la fe de Moisés, y de cómo le creía al Dios Altísimo, de que no les dejaría morir en ese lugar, ni les abandonaría ni les desampararía. Cuanto mayor fue la dificultad, más fuerte fue la respuesta del Señor. 
Otro caso muy significativo, fue el David, durante toda su vida experimentó problemas, dificultades, aflicciones, pero Dios nunca lo dejó. Deuteronomio 31:6 (Hebreos 13:5) dice: "Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará".

Hablaremos más de esto, en los próximos capítulos. 

Sabías que:


“Tendremos pruebas, pero Dios está con nosotros”.

Padre ayúdame a sobrellevar las pruebas, amén. 


«EN LA BARCA»
                                                http://enlabarka.blogspot.com
Dios bendiga a Paraguay
JRW

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